martes, 26 de agosto de 2014

Otro paso...comienzo la medicación para una segunda transferencia

Después del bajón del fin de semana por el retraso en la regla, hoy estoy más positiva.
He vuelto a la clínica y el ginecólogo me ha dicho que todo está bien para poder iniciar un nuevo ciclo, así que desde ya estoy de nuevo con la medicación para engordar el endometrio y si todo marcha bien para el 10 de septiembre, posiblemente, se haga la transferencia de dos de mis embriones congelados. Espero que sobrevivan!
Hoy como novedad me ha podido acompañar Marido. En el anterior intento por el trabajo no pudo acompañarme a ninguna consulta, tan sólo el día de la punción para poder dejar la muestra. Ahora, por falta de trabajo, arggg, puede acompañarme.
Lo más gracioso es que no ha abierto la boca para nada, creía que no estaba escuchando o que estaba en otro mundo, pero el caso es que al salir me ha dicho que no había entendido nada, que parece que hablamos en otro idioma, que si blastocitos, que si endometrio, que si forma del útero, que si esto que si lo otro, vamos que estaba totalmente perdido. Vale que yo le he intentado explicar todo de forma simplificada y con mis cambios de humor pues el pobre no me entendía cuando le hablaba de esas cosas. él sólo quiere que yo esté bien y que todo salga bien de una vez.
Esta vez intentaré tomarme las cosas con más calma. Desde que estoy en esta historia de la infertilidad me estoy empapando de otras experiencias a través de los blogs y, por primera vez, me he sentido comprendida. Al conocer otras chicas que han pasado y están pasando por esto he entendido que es un camino muy largo que hay que afrontar con fuerza y valentía, así que seguiré el ejemplo de todas las que estáis en esta batalla.

sábado, 23 de agosto de 2014

Siento que nunca podré ser madre

Hoy por fin me bajó la regla....pero eso no ha aniquilado ese sentimiento que tengo por dentro de que nunca podré ser madre. Hace tiempo que mi mente tiene vida propia y nada ni nadie podrá convencerme de que nunca podré ser madre.
Siento dentro de mi que ese don tan maravilloso que se le ha concedido a muchas mujeres a mi me está vetado, porque? no lo sé, sólo siento que yo nunca podré aspirar a ser madre porque ese don me está vetado. Nada, ni la  ciencia ni nadie, podrá jamás concederme esa oportunidad

viernes, 22 de agosto de 2014

Deprimente

Estoy muy deprimida.
Hace tres días que debía haberme bajado la regla. Es imposible que esté embarazada.
Lo único que pienso es que el tratamiento de la punción ovárica y la preparación para la anterior transferencia ha tenido que alterarme el ciclo. Yo que siempre he sido un reloj ahora que estaba esperando la regla para prepararme para una segunda transferencia...
Estoy temiendo lo peor. Que mi ciclo se haya vuelto irregular y que ahora debe estar en tratamiento de anticonceptivas unos meses para volver a regularlo, con lo cual todo se volverá a retrasar más.
Esto es una carrera de fondo que no me veo capaz de aguantar.
No puedo más

miércoles, 20 de agosto de 2014

Ven ya maldita regla!!!!!

Parece mentira que sea siempre como un reloj y ahora no quiera venir.
Justo cuando más la estaba esperando, justo cuando la necesitaba para iniciar un nuevo tratamiento...va y no viene.
Es la primera vez que la aplicación que tengo instalada en el móvil me da el aviso de "Mañana tiene que bajar tu período". Pero si siempre me viene el día de antes del que viene marcado. Soy puntual como un reloj.
Lo que más me mosquea es que justo ahora que más la espero empiezo a sospechar que a lo mejor tanto tratamiento hormonal haya hecho mella en mí. Y lo que venía siendo un reloj de 26 días puntuales ahora empiece a ser una noria rusa.
Argggg. Si algo puede salir mal......

martes, 19 de agosto de 2014

La incertidumbre y el pesimismo

Siempre pequé de impaciente, y como no cabía esperar otra cosa, los 14 días de la betaespera fueron de lo peor.
Cuando ya hacían 7 días me hice un test de esos ultrasensibles de Liberty que compré por internet...blanco nuclear. Mi amiga me decía que eso no existe, que ella lleva años en la farmacia y si eso fuera fiable hace tiempo que ya lo venderían en las farmacias, como el Clearblue.
En fin, que ahí empezó mi declive, mi forma de pensar cambió. Aunque no puedo negar que dentro de mi quedaba un rescoldo de esperanza, de fallo en el test, de que hubiera aún pocas hormonas del embarazo.
Mi biólogo me dijo que 4 días antes de la beta ya podía hacerme un test de orina normal. Y ese día no fui capaz de hacérmelo, pero al día siguiente, por insistencia de marido me lo hice....de nuevo negativo.

Y....a pesar de todo continuaba con la esperanza, necesitaba la confirmación de la clínica para creerme que después de un mes de ser super disciplinada con todo no se hubiera hecho realidad el milagro.
El día de la beta quise ir sola, pero una compañera de trabajo se empeño, o más bien me obligó a ir acompañada, lo cual le agradezco mucho, porque su mano apretando la mía en el camino de vuelta y su abrazo era lo que necesitaba cuando recibí la llamada del biólogo para confirmarme que no había embarazo.
En ese momento me sentí vacía, cuando llegué a casa me tiré en la cama a llorar por mi fracaso. No podía dejar de pensar qué era lo que podía haber hecho para que fallara: no dejé de fumar, hice algún esfuerzo innecesario, tenía que haber hecho algo de ejercicio, perder peso,..... muchas cosas se me pasaron por la cabeza, era yo la culpable y nada más.
Creía que todo iba a ser más sencillo. Cuando dimos con el problema, que al parecer nos dijeron que era muy común  y el más sencillo de solucionar (poca calidad del esperma) creía que todo iba a ir rodado. Fue tan bien todo, mi respuesta a la medicación, la punción, la fecundación, la transferencia, todo había ido sobre ruedas, estaba tan tranquila y segura que me llevaría al lugar que yo tanto deseaba. Pero no, nunca puedes esperar nada.
Y aquí estoy. Después de más de un mes de aquel negativo, después de semanas de vagar como alma en pena, después de soportar las riñas de Marido que me dijo que como siguiera en ese plan y con esa actitud no iba a permitir que me sometiera a otra transferencia, después de todo, aquí sigo. Esperando.
Esperando que me baje la regla para poder iniciar un nuevo ciclo hacia una nueva transferencia.
Sé que tengo muchas posibilidades, porque tengo 9 embriones congelados y aparentemente yo no tengo ningún problema. Pero...¿y porqué no funcionó la primera vez? ¿Porqué va a tener que ser la segunda vez? Tal vez sea a la cuarta o a la quinta, cuando a mi ya no me quede fuerza ninguna para poder intentarlo.
Y aunque tengo ganas de volver a intentarlo, estoy muerta de miedo por encontrarme con otro negativo y otra decepción, otra desilusión.

lunes, 18 de agosto de 2014

La primera FIV-ICSI...o de como hacer un master en reproducción en menos de un mes

Tardé dos hora en enterarme del proceso que debía seguir para poder hacer la primera FIV-ICSI. Y no es que sea torpe en comprender, simplemente, quería enterarme de todo todo, ya que me iba a costar un riñón y parte del otro, quería estar informada. Y también porque fui sola a la consulta y tendría que contarle luego todo a Marido.
Qué jaleo con lo de las inyecciones de Pergoveris, luego las de Citrotell o como se llamen, el Ovitrel, menos mal que como me hacían revisión cada dos o tres días me iban adecuando y marcando la medicación según el progreso.
Y lo que yo pensaba que iba a ser lo más difícil resultó ser lo más fácil. Yo que siempre he odiado las agujas casi tanto como las serpientes, ahí que me armé de valor el primer día. Claro que estaba de fiesta y con dos cervezas encima una está más valiente. Pero pude.
Los días pasaron y yo como estaba tan positiva y tan entusiasmada pensando que en un mes estaría embarazada, pues "no hay dolor", me pinchaba como si llevara toda la vida.
Llegó el día de la punción ovárica. Fue un lunes y me habían visto el viernes unos 17 ovocitos, pero el día de la punción me extrajeron 14, porque los otros no estaban con el tamaño y madurez adecuados. De los 14 que salieron, sólo 12 me los dieron por buenos según el grado de madurez.
El día de la punción estaba muy tranquila, otras mujeres que estaban en la sala de espera conmigo estaban de los nervios, pero yo no, estaba contenta, alegre, entusiasmada, el proceso continuaba.
Ese día conocí a Ana M, una mujer de 43 años que había tenido varios abortos tras un hijo, y que tan sólo tenía 4 ovocitos. Pensé, egoístamente, qué suerte yo tengo para un buen rato. Tal vez ella haya logrado el embarazo a la primera y yo no, así que lo de la suerte es relativa. En fin
Pues ese día me mimé mucho, me tiré en el sofá y me relajé, había cumplido parte de mi tarea.
Tres días después allá que fui lista para que me hicieran la transferencia, me acompañaron dos de mis hermanas, porque Marido no pudo salir del trabajo.
Se dio todo muy bien, yo estaba muy tranquila, no noté ninguna molestia, me enseñaron el punto brillante donde se supone estaban los dos embriones, es como un reactivo que le ponen para saber que están dentro. Y me quedé mirando el puntito brillante en la eco pensando que ahí estaba mi hijo.
Cuando salí de la transferencia no sabía ni como andar, me sentía torpe, era inevitable no pensar que un movimiento raro haría que se salieran de donde debían estar o que desviaran su rumbo.
Y me pillé 5 días de vacaciones para hacer reposo. Que no estuvo mal, sólo que metida en tu casa sin poder limpiar por evitar esfuerzos se hacen muy largos. Y eso que me bajé series, pelis, libros, de todo, pero la cabeza sólo me permitía concentrarme en google y en combinación de palabras como "tres días post transferencia, síntomas, dolor como de regla, mi primera fiv, etc""
Pasaron los días de reposo y comencé mi vida normal, sin esfuerzos. Me gustaba como me mimaban mis hermanas esos días, todos estaban pendientes de mis síntomas, y yo no quería decepcionarlas. Estaba como en una nube, cada vez que me sentía algo pensaba: "ahí está mi chico o mis chicos". Marido ya empezó a bromear con el tema de los mellizos, a reñirme si hacía algo fuera de lo común, a pensar en pañeles, en la habitación, etc. Ainsss, estábamos haciéndonos ya el cuento de la lechera.
Hasta el día de la beta fueron los peores 14 días desde hace muuuucho tiempo. La cabeza la tenía a mil por hora, pero sólo metida en ese tema, en el trabajo estaba super despistada y no quería nada más que hacerme test de orina.

viernes, 8 de agosto de 2014

Cómo me siento...a la deriva

El mes de julio ha sido una locura. Empezamos a investigar qué podemos hacer para iniciar el tratamiento. Vamos a clínica privada y decidimos comenzar con el siguiente ciclo. A partir de ahí todo rodado. Estimulación ovárica con buena respuesta, punción ovárica con extracción de 14 ovocitos, 12 maduros, se fecundan todos. Desechan uno por división extraña el primer día. Transferencia de 2 embriones, los 9 restantes congelados. 14 días de betaespera horribles. Nunca me he sentido peor, o tal vez sí, pero esta situación es completamente nueva para mí. Intento cuidarme en todo, no hacer esfuerzos, no me baño en piscinas, nada de relaciones sexuales, dejo aparacada mi gran aficción, el estar con los perros de mi protectora, la cabeza me da mil vueltas. 

Todos los consejos que recibo al respecto son: no pienses, relájate y disfruta con las cosas del día a día. Es imposible no pensar, es imposible no meterse en internet y buscar experiencias similares, síntomas, de todo lo que se me pasa por la cabeza. Mareo a Google con varias palabras o conceptos en distinto orden "punción", ovocitos, síntomas, negativo, positivo, post tranferencia, test de orina, betaespera, etc.Espero encontrar en google una respuesta que no sé esperar y que al final me dan el día 24 de julio. Negativo.

A partir de ese día, ando a la deriva. Soy como un alma en pena. Dándole vueltas a la cabeza pensando qué ha podido fallar, qué he hecho mal, tendré algún problema que no me han detectado aún, cómo estará mi útero, porqué me duelen los ovarios, etc.

Lloro de manera incontrolada en el momento más inesperado. Sólo me viene a la cabeza el pensamiento y zas, me despacho a gusto en lágrimas. Pero tengo que hacerlo en privado, Marido no le gusta verme así, dice que si no acepto de otra manera el negativo no habrá más intentos.

Y pienso, ¿cuándo será el próximo intento? En el ciclo que ellos me recomiendan, podría ser, pero no me encuentro con fuerzas. Ahora ando pensado que sí, que probaré en septiembre con el siguiente ciclo, pero a lo mejor no, tal vez sea mejor esperar porque siento molestias en los ovarios y tal vez no sea recomendable. Tal vez me espere, porque si dicen que debes estar positiva y receptiva, yo...no lo estoy. Estoy triste, abatida, desilusionada, destrozada. Quiero dejar de fumar pero no puedo, me siento tan destrozada que sólo me dan ganas de destrozarme más. Quiero desconectar pero no puedo, tengo que seguir yendo a trabajar sin ganas de nada, sin ganas de ver a nadie, pero tengo que ir porque no puedo cogerme vacaciones para tener días para el próximo intento. Quiero hacer deporte, pero lo único que me apetece es salir a pasear con mis perros y verlos correr alegres pensando que al menos ellos me dan un toque de felicidad.

Pienso en qué he fallado, porqué me ha tocado a mí esta situación tan angustiosa, porqué no pudo salir a la primera, porque a unas mujeres sí y a otras no, porqué, porqué, porqué.

Y no encuentro ni respuesta ni consuelo.

Y si no me recupero de esta Marido no quiere que lo volvamos a intentar, no quiere que lo volvamos a pasar mal, no quiere que me venga abajo de nuevo, no quiere sufrir más. Y yo no sé qué es lo que quiero. Porque ya no sonrío, ya no estoy para nada ni para nadie, completo mis días como una autómata esperando que pasen los días y una mañana me despierte y ya esté más animada. Y me levanto y directamente me entran ganas de llorar, o abro los ojos y empiezo a pensar en Marido y lo poco afectado que lo veo y me cabreo y me vence la ira.

Qué locura de sentimientos, yo que nunca he sido fuerte para superar adversidades siento que estoy en plena batalla de la que es sin duda una de las más importantes de mi vida.

jueves, 7 de agosto de 2014

Donde todo comienza

Hoy tengo 36 años. Mi pareja a quien yo llamaba en mi anterior blog "chico con humor extraño" lleva en mi vida desde hace cuatro años. El verano de 2013 conseguí convencerle de lo maravilloso que sería tener un hijo y nos pusimos en marcha. Dejé las pastillas anticonceptivas, como tenía regla regular empecé a estudiar aquello de los días fértiles y esas cosas que te recomiendan durante el primer año. Incluso, ilusa de mí, comencé a tomar el ácido fólico, pensando que todo sería coser y cantar.

Vengo de una familia numerosa. Soy la menor de 9 hermanos, es decir que en mi casa la infertilidad era una palabra que no se usaba porque no había necesidad. Todos mis hermanos y hermanas han tenido hijos/as sin problemas, todos de forma natural a los tres o cuatro meses de la búsqueda. Total, que yo confiaba plenamente en mi fertilidad y creía que en tres o cuatro meses ya iba a poder anunciar la buena nueva. Pero....

A veces hay que recordar que tú no eres el único factor de esta ecuación de dos para que salgan tres. Así que Marido, como rebautizaré a "chico con humor extraño", a pesar de estar dispuesto a darme lo que más quería, no podía. Tras un año de intentos, de test negativos, de coitos en días señalados aunque fuera lo que menos me apeteciera y de empezar a contabilizar mis síntomas "imaginarios" empecé a mosquearme. Algo falla.

Claro, lo primero es que analicen a tu factor masculino, siempre es más fácil y menos costoso para la Seguridad Social, así me lo dijo mi médico de cabecera. Y así fue como Marido tuvo que hacerse su primer espermiograma. Ufff, muy muy flojo. El chasco que nos llevamos fue brutal, ni por asomo habíamos pensado en él como variante errónea, en mi cabeza había empezado a rondar que estaría en mí el problema. Mi médico nos dijo que con menos había visto embarazos naturales, así que nos animó a continuar. Pero mi insistencia le obligó a enviarle pruebas a Marido.

Marido odia los médicos, odia tener que dejar su semilla en botecitos acurrucado en la oscuridad de un baño. Pero se dejó hacer. Todo por mí, por los dos, o por los tres deseados. 

Marido estaba en paro y justo cuando le tocaban las pruebas empezó a trabajar, así que tuvimos que hacer parón hasta nueva orden. Tras unos meses volvimos a la carga, y pudimos ver al urólogo que le recetó más pruebas y otro espermiograma con resultados igual de negativos. Faltaba una ecografía para ver si tenía varicocela o algo así, una variz en los testículos que puede impedir el flujo normal de los bichitos. Y de nuevo le salió trabajo y de nuevo parón.

Ya no aguantaba más y vi en internet, en una clínica privada un estudio de infertilidad en la pareja. Como a mí no se había dignado nada más que hacerme una citología, estaba intrigada por ver si también había factor erróneo en mí. Así que convencí a Marido para ir a hacerlo. Y los resultados fueron iguales, desastrosos. Cuando el ginecólogo me dijo que la única solución con esos niveles era Fecundación In Vitro pero más espectacular todavía con la microinyección espermática, es decir la ICSI, se me cayó literalmente el alma a los pies.


No podía creer que mi sueño se redujese a una única posibilidad, a una única manera de ser madre, tan aséptica y poco natural.

Y tras el batacazo vinieron las ganas de probar suerte, de intentarlo, de agotar la única posibilidad.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Presentación

Dícese de un zahorí: Los zahoríes afirman ser capaces de detectar la existencia de flujos magnéticos o líneas ley,4 corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en razones psicológicas, y los movimientos de los instrumentos por el efecto ideomotor.

Pues bien, yo me defino como zahorí frustrada porque lo que intento es encontrar la felicidad en mi vida. Por muy profunda que esté, intentaré utilizar todas las técnicas para hallarla, esté donde esté. Mi felicidad ahora mismo está casi totalmente focalizada a la búsqueda de la maternidad, un don natural que parece que me ha sido vetado y al que debo recurrir mediante artilugios técnicos y científicos que, a día de hoy, no me garantizan el éxito.
Y en esas vivo, buscando la maternidad con sus días buenos y sus días malos. Sin pode aceptar aún que este bien tan preciado me está negado por fuerzas mayores.