martes, 21 de octubre de 2014

Escuché su latido

Hace un par de semanas que estoy en el limbo más absoluto, lo reconozco. No es porque ya no me interese contar los progresos y dejar testimonio de ellos, sino que estoy pasando una etapa rara. No sé si muchas premamás han pasado por esta fase en la que yo me encuentro, pero sin duda, es algo que no me esperaba que sucediera.

Ya os conté que me sentía rara, como que no me lo creía, y sigo así. A pesar de que el 10 de octubre le escuché el latido y me emocionó muchísimo...aún sigo dudando de si mi pequeño garbancito sigue ahí, si esto es verdad, o sólo un sueño del que más tarde o más temprano me despertaré. Cuando llevas tiempo persiguiendo un sueño, y mira que he tenido la suerte de que no ha sido especialmente largo si miro las historias de muchas mujeres y parejas que están y han estado en mi situación, pues esto parece que no es real, que es sólo una ensoñación.

Todos me recomiendan que disfrute de esta etapa tan bonita, y bueno, pues la estoy disfrutando, aunque creo que aún no al 100%. Me explico. Estoy deseando tener una poca barriguita para poder tener una evidencia fehaciente de que estoy embarazada. Vale que tengo el estómago raro raro, que el pecho me duele con sólo mirarme y que estoy siempre arrastrando un cansancio y una fatiga que me cuesta vivir las 24 horas del día, pero aún así....se me van los ojos detrás de las barriguitas de las embarazadas y no dejo de pensar cuando tendré yo una barrigota para acariciarla y notar sus pataditas. Como dice mi hermana, este embarazo va a ser super largo, no porque sea una pesada hablando de ello, sino porque como hemos seguido el largo proceso desde antes de estar embarazada... pues parece que llevo varios meses, jajaja, entre estimulación ovárica, punción, transferencia, beta, negativo, descanso, transferencia, beta.....positivo!!!!

Hoy estuve hablando con una amiga que ya está de 25 semanas y que está preparando algunas cosas del bebé, algunos muebles y demás. Y dice que ya se la nota, porque será niña, que le da pataditas, y ainsssss, se me antoja algo tan lejano que eso me pase a mí.

Y si a todo esto de que no me lo creo, de que me parece muyyyy lejano todo el mundo relacionado con las premamás, al tremendo miedo que tengo.....no es como yo me esperaba que fuera esta tan maravillosa etapa, jajaja. Cuento las semanas una y otra vez, porque hasta que no pase de las 12 semanas creo que no se me irá ese miedo que siento cada vez que me noto algo en el vientre, que noto humedad en la braguitas y voy corriendo al baño pensando que es una hemorragia.....ains, ilusa de mí que pensaba que esaría loca de contenta, y lo estoy, pero es una alegría contenida, como si me diera miedo a gritar al mundo que estoy loca de contenta porque estoy embarazada por si esto se acaba, por si despierto del sueño.

Y que conste que aún no se me va esa rabia ajena hacia aquellas mujeres que tienen la suerte de quedarse embarazadas de modo natural, por el método diver y sin esperarlo. Que ya es el colmo! Hoy mi madre me contó de dos nuevos embarazos en mi pueblo, precisamente de dos mujeres que ya tienen un primer hijo que aún va en carrito porque no tienen ni un año su primer hijo y ¡zas! ya embarazadas del segundo. Y yo que ni siquiera me doy el lujo de pensar en un futuro en el que tal vez haya otro embarazado, porque eso significará otra temporada en la clínica, otro tiempo de desazón, de soltar pasta y cruzar los dedos.

viernes, 3 de octubre de 2014

Mi pequeña lentejilla

Parece que empiezo a creerme un poco más lo del embarazo. Tras la primera eco de control en la clínica y haber visto la manchita de mi lentejita parece que estoy más convencida de que no es un sueño. 

Aunque sólo estoy de 5 semanas y es muy pronto para escuchar el latido, al menos ya tengo confirmado que el saco embrional está en el sitio correcto y en perfecto estado. Al menos de momento, porque aunque ya parece que me lo creo más, aún sigo estando muertita de miedo por ver la siguiente ecografía.

Así que el viernes, 10 de octubre, tengo la siguiente prueba y según mi ginecólogo al estar de 6 semanas ya podré escuchar su latido. 

Hablando con mis hermanas y amigas sobre el miedo que siento me han dicho que es lo más normal, que ese miedo no se me va a ir en todo el embarazo, y especialmente hasta que pasen los 3 primeros meses. OHHHH yo creía que iba a ser la viva imagen de la felicidad y la alegría, y lo que estoy es cagadita de miedo.

Y sigo sin síntomas aparentes, porque no tengo naúseas ni nada, tan sólo pesadez en el pecho y el vientre hinchado como un globo que imagino será efecto de la progesterona. Pero si sigue la cosa así, lo firmo, jajaj.

Hoy estoy mucho más animada, porque además es mi cumple y es especial, sin lugar a dudas. Así que quiero disfrutarlo todo lo que pueda con las personas que tengo a mi alrededor.

lunes, 29 de septiembre de 2014

¿Dónde está la alegría?

Desde que me enteré de mi positivo he sentido cosas diferentes que, sin embargo, no eran las que me imaginaba cuando perseguía mi sueño de ser mamá.
El día que me enteré, nunca olvidaré ese 23 de septiembre de 2014, estaba como loca de contenta. Exultante, alegre, incrédula, etc. estaba como loca por gritárselo al mundo, pero tan sólo se lo conté a mis hermanas. Una a una fue contándole mi positivo y ocurrió algo extraño. Mi hermana mayor, con la que me llevo 20 años de diferencia me dijo que mejor no decir nada hasta superados los 3 meses, una vez que ya es todo más seguro. Yo en mi interior pensé...y si tengo un aborto? qué digo que he tenido gastroenteritis? no sé, no lo ví muy lógico. Cierto es que me moría de ganas de decírselo a mi madre, pero es verdad que con lo empática que es ella prefiero decírselo cuando esté todo más seguro, si es que algún día lo está.

Mis otras tres hermanas, además de alegrarse mucho, coincidieron en que no le dijera nada por el momento a mis padres, cosa con la que estaba totalmente de acuerdo. Sin embargo, tanto secretismo hizo que me sintiera mal y que me cohibiera. Así que cuando llegué por la noche a casa y le di la noticia a Marido lo segundo que le dije fue que nada de contar a nadie el positivo. Él desde luego es mucho más prudente que yo, pero aún así también estaba en su derecho de contárselo a su amigo de la infancia y a su hermano. Lo entiendo y lo respeto.

Así que manteniendo todo en secreto este fin de semana he estado con mis amigas de fiesta. No sé cómo pudo aguantar y no decir nada, sobre todo a mi mejor amiga, que de lo primero que se extrañó fue de que no bebiera nada de alcohol en la feria, lógico si yo no perdono una cerveza. Aún así le dije que estaba con la medicación para un segundo intento y lo creyó. 

El caso es que a pesar de mi alegría de los primeros días ahora lo que siento es miedo. Porque después de haber leído tanto en el internet, en foros y en distintos blogs sobre los riesgos de un embarazo por in vitro, hasta que no llegue el miércoles que me hacen mi primera eco de control y ven si el saco embrional está lleno y bien no puedo quedarme tranquila. Así que ahora me ha dado por pensar que tal vez mi embarazo sea una ilusión que se puede desvanecer el miércoles, por eso intento ser cauta y pensar que aún no hay nada seguro.

Tal vez necesite esa confirmación con la ecografía, o tal vez, necesite seguir más pasos para asegurarlo todo. Al fin y al cabo esto de la fecundación in vitro no es sino eso, días, fechas, pasos, controles y tener siempre el corazón en vilo esperando la siguiente prueba.

Así que lejos de estar loca de alegría, estoy acojonada. Así se lo confesé ayer a mi mejor amiga, porque ya no aguantaba más y necesitaba contárselo, al fin y al cabo ella siempre ha estado ahí en todo momento y ya bastante mal me sabía no haberle contado que había hecho un segundo intento. Ella lo entendió perfectamente y me confesó que ese miedo es normal, que a ella en sus dos embarazos le ocurrió lo mismo, que estaba acojonada. Pero se alegró muchísimo y de corazón, lo sé y lo siento. 

Y así las cosas, estoy deseando que llegue el miércoles. No he querido ir sola, ya que Marido está currando y en su trabajo es imposible que le den días libres, ya que trabaja por encargos. Vendrá una de mis hermanas conmigo. Necesito sentir el apoyo de alguien, tanto para recibir las buenas noticias como las malas. Esto es más duro de lo que yo pensaba, y a veces no siento la fortaleza necesaria para afrontar todas estas dudas y miedos. Pero tengo la gran suerte de tener siempre el apoyo incondicional de mis cuatro hermanas, sé que soy muy afortunada por ello, y compartir esta experiencia con ellas es lo mejor que me ha pasado.

martes, 23 de septiembre de 2014

POSITIVO!!!!!!!!

Y AÚN NO ME LO CREO

Cuando ayer estaba derramando lágrimas porque estaba completamente segura de que iba a salir un negativo...uf, hoy estoy con la alegría contenida porque aún no me lo creo, y ya estoy pensando que algo puede salir mal. Pero al menos hoy disfrutaré de mi positivo.

Conseguí aguantar toda la betaespera sin hacerme ningún test de orina. Gracias a mis amigas del grupo de wasapt que están en mi misma situación he encontrado un apoyo tremendo, porque hablar y desahogarte con alguien que está pasando por lo mismo que tú es saber que te entienden. Por mucho que he hablado con mis hermanas siempre tenía esa espinita de que no acababan de entender todos mis miedos y mi desesperación.

En fin que esta mañana no iba muy esperanzada. Me he hecho el análisis de sangre y he pedido hablar con el biólogo de la clínica, quería que me explicase qué íbamos a hacer en la siguiente transferencia, si los íbamos a llevar hasta blastocitos. Me dijo que sí, pero claro, él decía que habría que descongelar los 7 que quedaban congelados para ver cuáles eran los que lo superaban, así se aseguraban cuales eran los mejores, los ganadores. Con el riesgo doble de que me quedara sin embriones para futuras transferencias o que hubiera que congelar algún blastocito y al parecer es más complicado y menos seguro de que sobreviva a la descongelación.

Total que salí de la clínica con el corazón en un puño. Me fui a tomar un café y juro que estaba temblado mientras les contaba a mis hermanas infértiles del wasap todo lo que me habían dicho. Luego otra vez a la carretera, una hora de camino antes de llegar al curro.

Con el móvil bien puesto en la mesa para verlo al segundo, la primera media hora he intentado disimular, pero estaba muerta de miedo. Imposible concentrarme.

Cuando he recibido la llamada del biólogo  y me ha dicho "no sé cómo decirte esto porque no es lo que te esperabas, porque aquí me sale un positivo..." me ha dado un vuelco el corazón. Qué alegría tan grande, pero a la vez miedo.

Ya esta tarde se lo he contado a mis hermanas, no quiero que lo sepan aún mis padres ni más gente porque sé que hay riesgo de que no evolucione, sobre todo en estas primeras semanas. Pero necesitaba compartirlo con alguien. Y aún queda lo mejor, cuando se lo diga esta noche a Marido, que por suerte, se ha olvidado que hoy era la beta y yo no se lo he querido recordar, así que estoy que me muero de ganas por ver la cara que pone. Además voy a preparar una cena especial para ese momento.

Mis hermanas están locas de contentas, pero al igual que yo quieren ser cautas y saben que es muy pronto. Yo confío en ellas y en los consejos que ya me están dando. Saben lo mal que lo he pasado y sé que me quieren muchísimo y quieren lo mejor para mí.

Hoy, al ver a mi madre me ha costado horrores no poder decírselo, se me saltaban las lágrimas, pero quiero decírselo cuando tenga más seguridad porque es muy aprensiva y sé que va tener mucho miedo si le digo que es de apenas tres semanas. Las mujeres antiguas ya se sabe, hasta que no pasan los tres meses no se dice ni mu, jajaj

Quería dar las gracias a Sira y a Petitaless que en cada entrada me dejáis un mensaje de ánimo. Quiero que un día todas podamos celebrar todos los positivos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Esperando el negativo muerta de miedo

Pues ya está aquí el momento más temido. Mañana me hago la beta y sí, estoy nerviosa, porque a pesar de que espera un negativo, no puedo dejar de pensar que hay un hilo de esperanza que seguramente mañana se cortará.
Y porqué estoy tan segura de mi negativo....por varias razones.

-NO he tenido ningún síntoma extraño. Ni dolor en el vientre, ni dolor en el pecho, ni nada de nada. Algún día he sentido malestar general que achaco al cambio de tiempo, alguna punzada en los ovarios, pesadez en el pecho, pero seamos realistas, estos son los efectos secundarios de la progesterona.

-Espero un negativo por la falta de síntomas y porque después del primer negativo, en el que yo estaba tan ilusionada, parece que estoy predispuesta a tener que soportar otro fracaso, otro chasco, otro negativo. Sinceramente, aunque a veces sueñe con mi reacción ante un positivo, no puedo sino pensar cómo me tomaré este negativo.

-Mañana, en cuanto me haga la beta pediré hablar con el equipo de biólogos para marcar una nueva estrategia. Para ver qué podemos hacer para el futuro. Yo estaba muy contenta porque tenía muchos embriones congelados, pero me da la sensación de que todos se van a ir al garete, que voy a acabar con todos y nunca va a llegar ese ansiado positivo. Y si acabo con todos no sé si podré hacer frente a otra estimulación ovárica, no ya por la tensión y todo lo que conlleva, sino porque se nos han ido gran parte de los ahorros en este tratamiento, en cada transferencia, y tengo la certeza de que agotadas todas las posibilidades, es decir, todos los embriones, no podremos asumir el gasto de otro tratamiento.

-Y no dejo de preguntarme porqué todo es tan difícil. Porqué me ha tenido que tocar a mí este trance tan difícil de soportar. Sé que somos muchas mujeres y muchas parejas las que estamos metidas en esto, y lejos de animarme, me desconsuela saber que no tenemos las mismas posibilidades. Que no sólo hacen falta ganas, sino que también hace falta tener suerte, mucha suerte, para que no tengas que recurrir a la reproducción asistida y todo lo que ello conlleva.

-Nunca en mi vida se me pasó por la cabeza esto. En distintos momentos de mi vida he pensado en incontables males que podrían sucederme, pero jamás se me pasó por la cabeza esto. Y cuando estás metida es una mezcla de sentimientos tan difícil de llevar. Es un saco a tus espaldas cargado de miedo, desesperación, desilusión, terror, injusticia, dolor.... y un vacío tremendo por pensar que, aunque tú le pongas todas tus fuerzas y tus ganas, puede suceder que nunca llegará. Y eso es lo que me araña las entrañas.

Y cuando escribo esto estoy aguantando las lágrimas. Muerta de miedo. Y de ganas por ir corriendo a comprar un test para salir de dudas, pero el miedo me paraliza, no soy capaz de que llegue el temido momento del NO. No quiero que llegue ese momento...otra vez.

martes, 16 de septiembre de 2014

No siento nada...¿habrá algo ahí dentro?

Cuando hacen 7 días de la transferencia sigo sin sentir nada especial. Cierto es que en la otra ocasión sentí muchas más molestias, pero creo que estuvieron provocadas por los efectos de la estimulación ovárica y entiendo que los ovarios tenían que volver a su ser.

En esta ocasión, todo está pasando sin pena ni gloria. Me tomo mi medicación, me tomo la vida con más calma, siempre que me dejan, evito hacer esfuerzos, e intento pensar en ello lo menos posible. Favorece mucho el que no se lo haya contado a nadie de mi entorno, porque estoy evitando las preguntas típicas de "sientes algo?" y esas palmaditas de "esta vez va a salir bien". Ahora es cosa mía el que piense o no en mi estado de betaespera, sin necesidad de sentirme observada.

Pero no estoy sintiendo nada más que presión en el vientre, ganas de hacer pis y poco más, mis pechos están esta vez como si nada, ni siquiera se me han hinchado como la otra vez por el efecto de la progesterona, ni me duelen, ni pinchazos ni nada. Así que, ya estoy pensando en la próxima transferencia. Creo que me he alojado en el lago negativo de la vida, para asegurarme un colchón para la caída el día de la beta, y así evitar el golpe tremendo que me dí la otra vez.

Incluso, yendo más allá, ya estoy intentando echar cuentas de la próxima transferencia, para que fecha será, ahorrar dinero para la siguiente intentona, y pensar en otra batalla más. Porque sinceramente, siento dentro de mí que esto no ha cuajado, que se han vuelto a reabsorver si llegar a implantar en mi útero. Es frustrante, pero el tener esta actitud puede que me ayude para el día de la beta negativa.

Anoche soñé que me quedaba embarazada, lo sabía porque me salía leche de los pezones, y dí por hecho que ya lo estaba. NI test, ni beta, yo lo sabía. Y estaba loca de contenta, aguantando las ganas de contárselo a todo el mundo, buscando el momento para contárselo a Marido a solas. En fin, sonó el despertador y mi sueño se esfumó, como se esfuman mis ilusiones.

En mi trabajo no hacen nada más que preguntarme cuando será la próxima intentona, y les he dicho que para cuando me baje la siguiente regla (en cierto modo no estoy mintiendo) así mis salidas del trabajo ya no tendrán que deberse a cosas raras. Aún así, no sé si también les daré largas para evitar las preguntas incómodas. Ya lo pensaré cuando llegue el momento.

Hoy vino al trabajo un compañero que fue padre esta semana, y nos ha estado enseñando las fotos de su hijo, y no he podido sino sentirme mal, me ha dado un bajón, unas ganas de llorar tremendas porque parece tan fácil para algunos y para mí está siendo tan complicado. Yo que siempre pensé que me quedaría embarazada nada más decirlo, y fíjate, ahora estoy en una larga lucha que me está dejando con la moral destrozada y la cartera vacía.

Uf, y aún me quedan otros siete días hasta la beta. En una semana, a esta hora ya sabré si ha salido negativa.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Transferencia hecha!

Después de varios días de intertidumbre por si los embriones congelados sobrevivirían al desongelamiento para poder ser transferidos...pues sí. Ayer mismo me hicieron la transferencia de dos de mis embriones congelados, o frigopeques, jeje. Ahora sólo queda esperar.

Y es que la espera o betaespera es lo peor de todo el proceso. Yo suelo ser muy disciplinada con la medicación que te recetan para estos días, para preparar el endometrio y que todo esté en óptimas condiciones para que se produzca la implantación de los embriones, pero una vez dentro...el azar juega sus cartas.

En esta betaespera me lo estoy tomando de otra manera por varios factores:
1.- No se lo he comentado a nadie, bueno sí, a Marido, una amiga y un grupo de wasap de mujeres que también como yo sufren esto de la infertilidad. No se lo he dicho ni a mis hermanas, ni compañeros de trabajo, ni resto de amigas. ¿porqué? pues porque la otra vez todo eran mensajes de ánimo, de positivismo, de preguntas sobre síntomas, etc que me hicieron albergar muchas esperanzas en que saliera un positivo. Cuando salió negativo tuve que explicarselo a todos y fue muy duro. Así que esta vez voy  a ser más discreta y vivir la betaespera sin que nadie, excepto yo y marido, estemos pendientes de síntomas y resultados.

2.- Me siento más tranquila. Ya he pasado por un fracaso o negativo y sé cómo se siente. Es un dolor extraño, de vacío, de pérdida sin haber habido nada, es raro de explicar. Ya sé a lo que me enfrento, así que intentaré racionalizar todo un poco más y pensar que siempre hay un mañana, una posibilidad de un nuevo intento.

3.- La betaespera será distinta porque si la otra vez me tomé unos días de descanso para el reposo, en esta ocasión voy a seguir con mi vida tal cual. Vale que tendré cuidado con los esfuerzos, pero voy a seguir haciendo mi vida como si nada. En realidad, si la implantación se produce es porque ha de ser así, no hay factores externos que provoquen la no implantación. Y quedarse como una estatua esas dos semanas no te garantiza el éxito.

4.- En esta ocasión cuanto con el apoyo del grupo de amigas infértiles del wasap que sin concernos personalmente entienden lo que siento a la perfección. Compartir tus pensamientos con personas que están pasando por lo mismo que tú ayuda a no sentirte rara porque nadie te entiende. Así que gracias a Laura por haberme introducido en el grupo, porque allí me siento muy a gusto.

5.- Pasaré totalmente de los comentarios que la gente que no sabe del tema te dice por intentar animar. Hoy mismo me han dicho que me ponga un límite, que la vida tiene muchas más cosas y que no me centre sólo en la búsqueda de ser madre. Pues mira, eso es cosa mía, ahora mismo mi vida está centrada en esto, pero eso no quiere decir que descuide todo lo que me rodea y también forma parte de mi vida como trabajo y familia. Así que pasando de comentarios que no me aporten nada.

6.- Y por fin, estoy haciendo el intento para dejar de fumar. Vale que hoy me he fumado dos cigarros, pero para matar la ansiedad, que supongo que no será muy buena tampoco. Pero ahora lo tengo decidido, espero no flaquear.

Y por hoy ya está

martes, 2 de septiembre de 2014

Un largo camino

Cuando fui a la consulta de información para conocer en qué consistía la Fecundación In vitro y más concretamente la técnica ICSI que era la que nosotros necesitábamos, el biólogo que me atendió fue super amable y muy paciente, porque estuvimos casi dos horas charlando sobre el asunto, respondiendo a cada una de mis preguntas, habida cuenta de que yo no sabía absolutamente nada de la reproducción asistida.

Recuerdo que el biólogo me iba poniendo fechas en el calendario y me extrañó que dijera, en un mes puedes estar embarazada. Insistió en la idea de que mucha gente pensaba que esto era un camino largo, pero que la verdad era breve si todo salía bien. En ese momento yo me quedé a cuadros, con una sonrisa velada en mi cara, repitiendo como un mantra "en un mes puedes estar embarazada" "en un mes puedes estar embarazada"....

Pero la diosa Fortuna, como siempre, no estuvo de mi lado y no quiso que mi caso engrosara el dato estadístico que tiraba por tierra esa falsa creencia de que era un proceso largo y engorroso.

Y aquí estoy, a mitad de camino o tal vez sólo al principio de todo. Siendo cada día más consciente de que lograr el embarazo mediante reproducción asistida, además de ser extremadamente caro, es extremadamente largo y angustioso.

Pudo ser pero no fue. Tuve muy buena respuesta a la estimulación ovárica, los óvulos extraídos se fecundaron al 100%, todo iba de perlas y sobre ruedas. Hasta que yo entre a formar parte en la ecuación, y tuve que ser yo sólo la responsable de que se quedarán en mí mis dos embriones, mis mellizos como le gustaba llamarlos a Marido. Y mis embriones se fueron, solos.

Ahora, estoy en la espera de una segunda oportunidad. Y ya conocedora de que cuando te dicen que hay un 50% de probabilidades de éxito significa eso mismamente, que puede que sí o puede que no,  y que siendo yo es más probable el NO. 

Es duro pasar una betaespera, juro que no he sentido tanta desesperación en mucho tiempo, tanta necesidad de saber, tanto deseo contenido, tanta expectación,tantas ganas de que los días pasaran volando. Y ahora estoy a la espera de poder empezar de nuevo y....estoy triste, cabizbaja, desanimada, descorazonada. ¿Y porqué? No lo sé. Tal vez es porque soy un poco más consciente y un poco más realista de lo que hay.

Cuando empecé estaba totalmente convencida de que aquí estaba mi embarazo, que la ciencia me tendía la mano que estaba necesitando. Pero si la ciencia es sabia la naturaleza lo es más. Y aún no alcanzo a entender porqué mi cuerpo no quiere quedarse embarazado cuando aparentemente no hay ningún factor fisiológico que afecte. Y sí, lo sé, sé que hay que tener mente positiva. Pero.... en mi primer intento, con la mente positiva al 100% no fue posible, o sea, que si vuelvo a tener la mente positiva nada me asegura que sea el éxito.

Tengo tal descontrol emocional que no sé si reir o llorar, tirarme por el balcón o por un puente, si salir y gritar al mundo o encerrarme en mi casa. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

La tristeza la pasaré sola

No es que vaya a ir a este segundo tratamiento en secreto. Pero sí de forma más discreta. Mis hermanas y mis amigas ya me están preguntando que qué voy a hacer, que para cuando la transferencia y demás, pero es que no quiero tener que volver a pasar por lo mismo de antes, tener que decirle a todo el mundo que no pudo ser.

En esta ocasión, sólo lo sabremos con certeza Marido y yo. Porque así, si sale otro negativo pues no tendré que darle explicaciones a toda la gente de nuevo y soportar las condolencias y las caras largas. Y sobre todo y lo peor, las típicas frases de "anímate, verás como será en la próxima", "no puedes ponerte así de triste porque el cuerpo es sabio y si estás triste no será posible". En fin, son tantas cosas.
Así que en esta ocasión, sólo lo sabrán aquellas ciberseguidoras que lean mi blog, aquellas que están en la misma situación que yo y que saben perfectamente cuales son los sentimientos que se tienen.
Estos últimos días, cada vez que veo a una mujer embarazada o una madre con su hijo no dejo de preguntarme cuándo seré yo la que esté en ese lugar, cuándo me tocará a mí, estaré preparada?
Me hago tantas preguntas que incluso he pensado en sí es el momento, si Marido es la persona con la que quiero tener un hijo, si yo estoy preparada para tener un hijo, si seré capaz, si mi casa, si mi familia, si ....todo. Le he dado vueltas a todo.
Y encima, con el tabaco lo llevo fatal. Desde ayer estoy reduciendo muchísimo la cantidad de cigarros diarios para que un día dejarlo del todo no sea tan drástico ni me cree tanta ansiedad. Son tantas las cosas que hago mal. Y sí, en cuanto vea la doble raya ya no vuelvo a fumar más, pero mientras, como tengo tendencia autodestructiva, a veces pienso que es una manera de hacerme mal por no ser capaz de ser madre, por ser una mujer infértil que ni siquiera sabe llevar una casa.
Se me pasan tantas cosas por la cabeza que es casi imposible desconectar.

martes, 26 de agosto de 2014

Otro paso...comienzo la medicación para una segunda transferencia

Después del bajón del fin de semana por el retraso en la regla, hoy estoy más positiva.
He vuelto a la clínica y el ginecólogo me ha dicho que todo está bien para poder iniciar un nuevo ciclo, así que desde ya estoy de nuevo con la medicación para engordar el endometrio y si todo marcha bien para el 10 de septiembre, posiblemente, se haga la transferencia de dos de mis embriones congelados. Espero que sobrevivan!
Hoy como novedad me ha podido acompañar Marido. En el anterior intento por el trabajo no pudo acompañarme a ninguna consulta, tan sólo el día de la punción para poder dejar la muestra. Ahora, por falta de trabajo, arggg, puede acompañarme.
Lo más gracioso es que no ha abierto la boca para nada, creía que no estaba escuchando o que estaba en otro mundo, pero el caso es que al salir me ha dicho que no había entendido nada, que parece que hablamos en otro idioma, que si blastocitos, que si endometrio, que si forma del útero, que si esto que si lo otro, vamos que estaba totalmente perdido. Vale que yo le he intentado explicar todo de forma simplificada y con mis cambios de humor pues el pobre no me entendía cuando le hablaba de esas cosas. él sólo quiere que yo esté bien y que todo salga bien de una vez.
Esta vez intentaré tomarme las cosas con más calma. Desde que estoy en esta historia de la infertilidad me estoy empapando de otras experiencias a través de los blogs y, por primera vez, me he sentido comprendida. Al conocer otras chicas que han pasado y están pasando por esto he entendido que es un camino muy largo que hay que afrontar con fuerza y valentía, así que seguiré el ejemplo de todas las que estáis en esta batalla.

sábado, 23 de agosto de 2014

Siento que nunca podré ser madre

Hoy por fin me bajó la regla....pero eso no ha aniquilado ese sentimiento que tengo por dentro de que nunca podré ser madre. Hace tiempo que mi mente tiene vida propia y nada ni nadie podrá convencerme de que nunca podré ser madre.
Siento dentro de mi que ese don tan maravilloso que se le ha concedido a muchas mujeres a mi me está vetado, porque? no lo sé, sólo siento que yo nunca podré aspirar a ser madre porque ese don me está vetado. Nada, ni la  ciencia ni nadie, podrá jamás concederme esa oportunidad

viernes, 22 de agosto de 2014

Deprimente

Estoy muy deprimida.
Hace tres días que debía haberme bajado la regla. Es imposible que esté embarazada.
Lo único que pienso es que el tratamiento de la punción ovárica y la preparación para la anterior transferencia ha tenido que alterarme el ciclo. Yo que siempre he sido un reloj ahora que estaba esperando la regla para prepararme para una segunda transferencia...
Estoy temiendo lo peor. Que mi ciclo se haya vuelto irregular y que ahora debe estar en tratamiento de anticonceptivas unos meses para volver a regularlo, con lo cual todo se volverá a retrasar más.
Esto es una carrera de fondo que no me veo capaz de aguantar.
No puedo más

miércoles, 20 de agosto de 2014

Ven ya maldita regla!!!!!

Parece mentira que sea siempre como un reloj y ahora no quiera venir.
Justo cuando más la estaba esperando, justo cuando la necesitaba para iniciar un nuevo tratamiento...va y no viene.
Es la primera vez que la aplicación que tengo instalada en el móvil me da el aviso de "Mañana tiene que bajar tu período". Pero si siempre me viene el día de antes del que viene marcado. Soy puntual como un reloj.
Lo que más me mosquea es que justo ahora que más la espero empiezo a sospechar que a lo mejor tanto tratamiento hormonal haya hecho mella en mí. Y lo que venía siendo un reloj de 26 días puntuales ahora empiece a ser una noria rusa.
Argggg. Si algo puede salir mal......

martes, 19 de agosto de 2014

La incertidumbre y el pesimismo

Siempre pequé de impaciente, y como no cabía esperar otra cosa, los 14 días de la betaespera fueron de lo peor.
Cuando ya hacían 7 días me hice un test de esos ultrasensibles de Liberty que compré por internet...blanco nuclear. Mi amiga me decía que eso no existe, que ella lleva años en la farmacia y si eso fuera fiable hace tiempo que ya lo venderían en las farmacias, como el Clearblue.
En fin, que ahí empezó mi declive, mi forma de pensar cambió. Aunque no puedo negar que dentro de mi quedaba un rescoldo de esperanza, de fallo en el test, de que hubiera aún pocas hormonas del embarazo.
Mi biólogo me dijo que 4 días antes de la beta ya podía hacerme un test de orina normal. Y ese día no fui capaz de hacérmelo, pero al día siguiente, por insistencia de marido me lo hice....de nuevo negativo.

Y....a pesar de todo continuaba con la esperanza, necesitaba la confirmación de la clínica para creerme que después de un mes de ser super disciplinada con todo no se hubiera hecho realidad el milagro.
El día de la beta quise ir sola, pero una compañera de trabajo se empeño, o más bien me obligó a ir acompañada, lo cual le agradezco mucho, porque su mano apretando la mía en el camino de vuelta y su abrazo era lo que necesitaba cuando recibí la llamada del biólogo para confirmarme que no había embarazo.
En ese momento me sentí vacía, cuando llegué a casa me tiré en la cama a llorar por mi fracaso. No podía dejar de pensar qué era lo que podía haber hecho para que fallara: no dejé de fumar, hice algún esfuerzo innecesario, tenía que haber hecho algo de ejercicio, perder peso,..... muchas cosas se me pasaron por la cabeza, era yo la culpable y nada más.
Creía que todo iba a ser más sencillo. Cuando dimos con el problema, que al parecer nos dijeron que era muy común  y el más sencillo de solucionar (poca calidad del esperma) creía que todo iba a ir rodado. Fue tan bien todo, mi respuesta a la medicación, la punción, la fecundación, la transferencia, todo había ido sobre ruedas, estaba tan tranquila y segura que me llevaría al lugar que yo tanto deseaba. Pero no, nunca puedes esperar nada.
Y aquí estoy. Después de más de un mes de aquel negativo, después de semanas de vagar como alma en pena, después de soportar las riñas de Marido que me dijo que como siguiera en ese plan y con esa actitud no iba a permitir que me sometiera a otra transferencia, después de todo, aquí sigo. Esperando.
Esperando que me baje la regla para poder iniciar un nuevo ciclo hacia una nueva transferencia.
Sé que tengo muchas posibilidades, porque tengo 9 embriones congelados y aparentemente yo no tengo ningún problema. Pero...¿y porqué no funcionó la primera vez? ¿Porqué va a tener que ser la segunda vez? Tal vez sea a la cuarta o a la quinta, cuando a mi ya no me quede fuerza ninguna para poder intentarlo.
Y aunque tengo ganas de volver a intentarlo, estoy muerta de miedo por encontrarme con otro negativo y otra decepción, otra desilusión.

lunes, 18 de agosto de 2014

La primera FIV-ICSI...o de como hacer un master en reproducción en menos de un mes

Tardé dos hora en enterarme del proceso que debía seguir para poder hacer la primera FIV-ICSI. Y no es que sea torpe en comprender, simplemente, quería enterarme de todo todo, ya que me iba a costar un riñón y parte del otro, quería estar informada. Y también porque fui sola a la consulta y tendría que contarle luego todo a Marido.
Qué jaleo con lo de las inyecciones de Pergoveris, luego las de Citrotell o como se llamen, el Ovitrel, menos mal que como me hacían revisión cada dos o tres días me iban adecuando y marcando la medicación según el progreso.
Y lo que yo pensaba que iba a ser lo más difícil resultó ser lo más fácil. Yo que siempre he odiado las agujas casi tanto como las serpientes, ahí que me armé de valor el primer día. Claro que estaba de fiesta y con dos cervezas encima una está más valiente. Pero pude.
Los días pasaron y yo como estaba tan positiva y tan entusiasmada pensando que en un mes estaría embarazada, pues "no hay dolor", me pinchaba como si llevara toda la vida.
Llegó el día de la punción ovárica. Fue un lunes y me habían visto el viernes unos 17 ovocitos, pero el día de la punción me extrajeron 14, porque los otros no estaban con el tamaño y madurez adecuados. De los 14 que salieron, sólo 12 me los dieron por buenos según el grado de madurez.
El día de la punción estaba muy tranquila, otras mujeres que estaban en la sala de espera conmigo estaban de los nervios, pero yo no, estaba contenta, alegre, entusiasmada, el proceso continuaba.
Ese día conocí a Ana M, una mujer de 43 años que había tenido varios abortos tras un hijo, y que tan sólo tenía 4 ovocitos. Pensé, egoístamente, qué suerte yo tengo para un buen rato. Tal vez ella haya logrado el embarazo a la primera y yo no, así que lo de la suerte es relativa. En fin
Pues ese día me mimé mucho, me tiré en el sofá y me relajé, había cumplido parte de mi tarea.
Tres días después allá que fui lista para que me hicieran la transferencia, me acompañaron dos de mis hermanas, porque Marido no pudo salir del trabajo.
Se dio todo muy bien, yo estaba muy tranquila, no noté ninguna molestia, me enseñaron el punto brillante donde se supone estaban los dos embriones, es como un reactivo que le ponen para saber que están dentro. Y me quedé mirando el puntito brillante en la eco pensando que ahí estaba mi hijo.
Cuando salí de la transferencia no sabía ni como andar, me sentía torpe, era inevitable no pensar que un movimiento raro haría que se salieran de donde debían estar o que desviaran su rumbo.
Y me pillé 5 días de vacaciones para hacer reposo. Que no estuvo mal, sólo que metida en tu casa sin poder limpiar por evitar esfuerzos se hacen muy largos. Y eso que me bajé series, pelis, libros, de todo, pero la cabeza sólo me permitía concentrarme en google y en combinación de palabras como "tres días post transferencia, síntomas, dolor como de regla, mi primera fiv, etc""
Pasaron los días de reposo y comencé mi vida normal, sin esfuerzos. Me gustaba como me mimaban mis hermanas esos días, todos estaban pendientes de mis síntomas, y yo no quería decepcionarlas. Estaba como en una nube, cada vez que me sentía algo pensaba: "ahí está mi chico o mis chicos". Marido ya empezó a bromear con el tema de los mellizos, a reñirme si hacía algo fuera de lo común, a pensar en pañeles, en la habitación, etc. Ainsss, estábamos haciéndonos ya el cuento de la lechera.
Hasta el día de la beta fueron los peores 14 días desde hace muuuucho tiempo. La cabeza la tenía a mil por hora, pero sólo metida en ese tema, en el trabajo estaba super despistada y no quería nada más que hacerme test de orina.

viernes, 8 de agosto de 2014

Cómo me siento...a la deriva

El mes de julio ha sido una locura. Empezamos a investigar qué podemos hacer para iniciar el tratamiento. Vamos a clínica privada y decidimos comenzar con el siguiente ciclo. A partir de ahí todo rodado. Estimulación ovárica con buena respuesta, punción ovárica con extracción de 14 ovocitos, 12 maduros, se fecundan todos. Desechan uno por división extraña el primer día. Transferencia de 2 embriones, los 9 restantes congelados. 14 días de betaespera horribles. Nunca me he sentido peor, o tal vez sí, pero esta situación es completamente nueva para mí. Intento cuidarme en todo, no hacer esfuerzos, no me baño en piscinas, nada de relaciones sexuales, dejo aparacada mi gran aficción, el estar con los perros de mi protectora, la cabeza me da mil vueltas. 

Todos los consejos que recibo al respecto son: no pienses, relájate y disfruta con las cosas del día a día. Es imposible no pensar, es imposible no meterse en internet y buscar experiencias similares, síntomas, de todo lo que se me pasa por la cabeza. Mareo a Google con varias palabras o conceptos en distinto orden "punción", ovocitos, síntomas, negativo, positivo, post tranferencia, test de orina, betaespera, etc.Espero encontrar en google una respuesta que no sé esperar y que al final me dan el día 24 de julio. Negativo.

A partir de ese día, ando a la deriva. Soy como un alma en pena. Dándole vueltas a la cabeza pensando qué ha podido fallar, qué he hecho mal, tendré algún problema que no me han detectado aún, cómo estará mi útero, porqué me duelen los ovarios, etc.

Lloro de manera incontrolada en el momento más inesperado. Sólo me viene a la cabeza el pensamiento y zas, me despacho a gusto en lágrimas. Pero tengo que hacerlo en privado, Marido no le gusta verme así, dice que si no acepto de otra manera el negativo no habrá más intentos.

Y pienso, ¿cuándo será el próximo intento? En el ciclo que ellos me recomiendan, podría ser, pero no me encuentro con fuerzas. Ahora ando pensado que sí, que probaré en septiembre con el siguiente ciclo, pero a lo mejor no, tal vez sea mejor esperar porque siento molestias en los ovarios y tal vez no sea recomendable. Tal vez me espere, porque si dicen que debes estar positiva y receptiva, yo...no lo estoy. Estoy triste, abatida, desilusionada, destrozada. Quiero dejar de fumar pero no puedo, me siento tan destrozada que sólo me dan ganas de destrozarme más. Quiero desconectar pero no puedo, tengo que seguir yendo a trabajar sin ganas de nada, sin ganas de ver a nadie, pero tengo que ir porque no puedo cogerme vacaciones para tener días para el próximo intento. Quiero hacer deporte, pero lo único que me apetece es salir a pasear con mis perros y verlos correr alegres pensando que al menos ellos me dan un toque de felicidad.

Pienso en qué he fallado, porqué me ha tocado a mí esta situación tan angustiosa, porqué no pudo salir a la primera, porque a unas mujeres sí y a otras no, porqué, porqué, porqué.

Y no encuentro ni respuesta ni consuelo.

Y si no me recupero de esta Marido no quiere que lo volvamos a intentar, no quiere que lo volvamos a pasar mal, no quiere que me venga abajo de nuevo, no quiere sufrir más. Y yo no sé qué es lo que quiero. Porque ya no sonrío, ya no estoy para nada ni para nadie, completo mis días como una autómata esperando que pasen los días y una mañana me despierte y ya esté más animada. Y me levanto y directamente me entran ganas de llorar, o abro los ojos y empiezo a pensar en Marido y lo poco afectado que lo veo y me cabreo y me vence la ira.

Qué locura de sentimientos, yo que nunca he sido fuerte para superar adversidades siento que estoy en plena batalla de la que es sin duda una de las más importantes de mi vida.

jueves, 7 de agosto de 2014

Donde todo comienza

Hoy tengo 36 años. Mi pareja a quien yo llamaba en mi anterior blog "chico con humor extraño" lleva en mi vida desde hace cuatro años. El verano de 2013 conseguí convencerle de lo maravilloso que sería tener un hijo y nos pusimos en marcha. Dejé las pastillas anticonceptivas, como tenía regla regular empecé a estudiar aquello de los días fértiles y esas cosas que te recomiendan durante el primer año. Incluso, ilusa de mí, comencé a tomar el ácido fólico, pensando que todo sería coser y cantar.

Vengo de una familia numerosa. Soy la menor de 9 hermanos, es decir que en mi casa la infertilidad era una palabra que no se usaba porque no había necesidad. Todos mis hermanos y hermanas han tenido hijos/as sin problemas, todos de forma natural a los tres o cuatro meses de la búsqueda. Total, que yo confiaba plenamente en mi fertilidad y creía que en tres o cuatro meses ya iba a poder anunciar la buena nueva. Pero....

A veces hay que recordar que tú no eres el único factor de esta ecuación de dos para que salgan tres. Así que Marido, como rebautizaré a "chico con humor extraño", a pesar de estar dispuesto a darme lo que más quería, no podía. Tras un año de intentos, de test negativos, de coitos en días señalados aunque fuera lo que menos me apeteciera y de empezar a contabilizar mis síntomas "imaginarios" empecé a mosquearme. Algo falla.

Claro, lo primero es que analicen a tu factor masculino, siempre es más fácil y menos costoso para la Seguridad Social, así me lo dijo mi médico de cabecera. Y así fue como Marido tuvo que hacerse su primer espermiograma. Ufff, muy muy flojo. El chasco que nos llevamos fue brutal, ni por asomo habíamos pensado en él como variante errónea, en mi cabeza había empezado a rondar que estaría en mí el problema. Mi médico nos dijo que con menos había visto embarazos naturales, así que nos animó a continuar. Pero mi insistencia le obligó a enviarle pruebas a Marido.

Marido odia los médicos, odia tener que dejar su semilla en botecitos acurrucado en la oscuridad de un baño. Pero se dejó hacer. Todo por mí, por los dos, o por los tres deseados. 

Marido estaba en paro y justo cuando le tocaban las pruebas empezó a trabajar, así que tuvimos que hacer parón hasta nueva orden. Tras unos meses volvimos a la carga, y pudimos ver al urólogo que le recetó más pruebas y otro espermiograma con resultados igual de negativos. Faltaba una ecografía para ver si tenía varicocela o algo así, una variz en los testículos que puede impedir el flujo normal de los bichitos. Y de nuevo le salió trabajo y de nuevo parón.

Ya no aguantaba más y vi en internet, en una clínica privada un estudio de infertilidad en la pareja. Como a mí no se había dignado nada más que hacerme una citología, estaba intrigada por ver si también había factor erróneo en mí. Así que convencí a Marido para ir a hacerlo. Y los resultados fueron iguales, desastrosos. Cuando el ginecólogo me dijo que la única solución con esos niveles era Fecundación In Vitro pero más espectacular todavía con la microinyección espermática, es decir la ICSI, se me cayó literalmente el alma a los pies.


No podía creer que mi sueño se redujese a una única posibilidad, a una única manera de ser madre, tan aséptica y poco natural.

Y tras el batacazo vinieron las ganas de probar suerte, de intentarlo, de agotar la única posibilidad.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Presentación

Dícese de un zahorí: Los zahoríes afirman ser capaces de detectar la existencia de flujos magnéticos o líneas ley,4 corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en razones psicológicas, y los movimientos de los instrumentos por el efecto ideomotor.

Pues bien, yo me defino como zahorí frustrada porque lo que intento es encontrar la felicidad en mi vida. Por muy profunda que esté, intentaré utilizar todas las técnicas para hallarla, esté donde esté. Mi felicidad ahora mismo está casi totalmente focalizada a la búsqueda de la maternidad, un don natural que parece que me ha sido vetado y al que debo recurrir mediante artilugios técnicos y científicos que, a día de hoy, no me garantizan el éxito.
Y en esas vivo, buscando la maternidad con sus días buenos y sus días malos. Sin pode aceptar aún que este bien tan preciado me está negado por fuerzas mayores.